Dicen que el amor es la cura para
todos los males, incluso algunos se atreven a testificar como el amor les
cambio la vida y otros simplemente no pueden opinar por falta de experiencia,
lo mismo ocurre cuando hablamos de criar niños. Ahora imagina que pasas años
criando a un niño de alguien más, cuya identidad de los padres es un total
misterio pues fue dejado en tu puerta y dejas de ocupar empleos temporales por
tus continuos viajes de trabajo, para establecerte en un lugar fijo a enseñar a
un niño pequeño. Eres un alma libre que estuvo conociendo y explorando el país en
busca de aventuras, viviendo la vida libre de preocupaciones sin responsabilidades
y de la nada te conviertes en padre, sin posibilidad a negarte porque tu
instinto dice que es tiempo de madurar.
En tus manos paso a estar el bienestar
de una pequeña criatura, cuya existencia dependerá de todas tus acciones a
futuro como su seguridad y el sentimiento de la calidez de una familia, además de
continuar tratando de buscar la verdad de su origen. Mas adelante conforme los
años pasan los rasgos del pequeño, revelaran una verdad inaudita que nunca se
paso por tu cabeza y será solo el principio de una serie de revelaciones.
Sumado a la ecuación el amor que creíste
en su tiempo imposible, volverá como un rayo de esperanza con la posibilidad de
continuar tu historia y saber si tu felicidad es una realidad.

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