Domingo por la mañana (Casa de Bruce)
El día iniciaba con los rayos
del sol cubriendo la ciudad, Mike fue el primero en despertarse tras una buena
noche de sueño y apenas abría los ojos cuando vio una vista que hizo saltar su
corazón, se trataba de Bruce apoyado en su pecho durmiendo como un bebe. Tal
fue la sorpresa del compañero de cama que aprovecho el momento, moviéndose con
cuidado logro tomar su celular del buro junto a la cama e hizo una foto, no
solo para guardar el recuerdo en su celular sino también le dio un suave beso
de buenos días en la frente. El inconsciente Bruce ajeno de la situación seguía
en el mundo de los sueños, Mike se levantó para ir hacer sus necesidades al
baño de la habitación y posteriormente se dedicó a ver su celular en lo que
despertaba el dueño de la casa, tenía algunos mensajes de su madre sin
responder.
Este día Bruce ya tenía
planeado asistir al parque de la ciudad con Miguel, debido a esto había
configurado la alarma de su celular desde anoche y tan pronto como sonó, este
abrió los ojos para darse cuenta que Mike ya estaba despierto del todo. Era tan
diferente tenerlo de cerca a la hora de saludarlo en vez de solo mandar un
mensaje, Mike correspondió a su saludo para bajar con este a la cocina de busca
de comida y a la distancia un Miguel, ya despierto corrió a los brazos de su
padre, llevaba algunas semanas insistiendo en su visita al parque.
Bruce: ¡Buenos días Mike!
Llevas mucho tiempo despierto esperando.
Mike: ¡Buenos días Bruce!
Desperté hace unos minutos apenas porque quería ir al baño.
Bruce: Debiste despertarme en
ese caso porque igual tengo una salida, Miguel quiere ir al parque desde hace
tiempo y si gustas puedes ir con nosotros.
Mike: No tengo nada en
especial planeado para hoy, pero Miguel le gustara si me uno a ustedes porque
me imagino quiere pasar el día contigo para variar.
Bruce: Últimamente te ve más
seguido durante el trabajo por eso seguro se alegrará.
Mike: Te importaría si te
ayudo con el desayuno, al menos para compensar tu amabilidad por dejarme pasar
la noche en tu casa y distraerme un rato en el proceso.
Bruce: No es necesario que te
molestes, pero si insistes puedes ayudarme con ello.
Miguel: ¡Papa buenos días! Ya
podemos irnos al parque a comer helado
Bruce: Primero tenemos que
desayunar, el parque no ira a ningún lado y recuerda que tenemos un invitado
por ahora.
Mike: ¡Buenos días chico! ¿Tu
papa me acaba de invitar para que vaya con ustedes, te gustaría que los lleve
en mi auto para corresponderles?
Miguel: ¡Buenos días Mike!
Como eres amigo de mi papa, no estoy seguro si pueda llamarte así o quizás
tengo que llamarte tío, debido a que no tengo ninguno.
Mike: Puedes llamarme como
desees porque tu papa y yo siempre hemos sido cercanos, igual no tengo sobrinos
a excepción de algunos por parte de mis primos y primas.
Bruce: Es curioso que corrimos
la misma suerte en ese aspecto
Mientras los hombres bajaban
por las escaleras a la planta baja de la casa, Miguel abrazaba a su papa entre
risas diciendo lo que quería comer y Mike veía como estos parecían estar
acostumbrados a pasar sus mañanas con gran alegría, en tanto los seguía de
cerca. Bruce bajo a Miguel para sentarlo sobre la barra de la cocina,
posteriormente se dedicó a buscar en su refrigerador los ingredientes para su
desayuno y colocándolos sobre la mesa, se daba cuenta que necesitaba hacer una
visita pronto al supermercado. Quería sorprender a Mike con algo sencillo, pero
a la vez rico para su desayuno, es bueno que estuviera practicando sus habilidades
culinarias con su madre y ahora podía impresionarlo.
La comida no solo son
ingredientes que seleccionas para un platillo, tienden a ser una mezcla de
sentimientos que están presente a la hora de cocinarlos y se ve reflejado en la
sazón de la persona que los elabora en el momento, Agatha decía cocina con
alegría para consentir a tus seres queridos o aquellos que son especiales.
Bruce podía considerarse afortunado de tener a una gran maestra en el oficio,
tener siempre la comida lista a todo momento es un reto cuando eres un ama de
casa y los deberes son una larga lista sin fin, además de cuidar a un hijo
pequeño en la mayoría de las veces sin ayuda externa.
Bruce: ¿Te gustaría que
prepare unos huevos fritos con tocino o quieres hot cakes con fruta?
Miguel: ¡Quiero panqueques
para desayunar con yogurt!
Bruce: ¿Y tú Mike? Te gustaría
algo en especial para comer.
Miguel: Los huevos fritos
están perfectos, normalmente solo desayuno fruta o algo ligero.
Bruce: Entonces espera un poco
Mientras el dueño de la casa
puso a calentar un sartén con algo de aceite, Mike se ocupó de romper los
huevos en un recipiente por separado y batirlos, además de agregar algo de
leche, sal y pimienta para dejarlos tiernos. Bruce agrego la mezcla a la sartén
caliente que hizo salpicar gotas de aceite caliente, Miguel encendió la
televisión en la sala para ver sus caricaturas tirado sobre la alfombra y dejo a
los mayores encargarse de la comida, Mike veía como Bruce parecía un maestro a
la hora de moverse en la cocina. Saco un bote de yogurt para servirlo en
pequeños tazones de porcelana, preparo masa para hot cakes un recipiente
separado para el rey de la casa y poco a poco la montaña de hot cakes se alzó,
el aroma de la mantequilla inundo el ambiente de la habitación hasta llegar a
la sala.
Bruce: ¡Hijo el desayuno está
listo! ¿Quieres un poco de leche con él o una malteada?
Miguel: ¡Ya voy papa! Una
malteada por favor papa.
Mike: Eres todo un profesional
a la hora de cocinar, yo apenas si puedo cocinar para mi
Bruce: He tenido mucha
practica con el tiempo, pero vamos siéntate, se nos hará tarde.
*******
Ese el día en el parque de la
ciudad
Los dos amigos se encontraban
sentados en una banca del parque, rodeados de una atmosfera de tranquilidad con
una fuente de vista y el Miguel jugando en la resbaladilla, además de otros
niños que estaban ahí en compañía de sus padres. Mike podía tomarse un respiro
en un ambiente muy diferente a lo habitual, hace tanto que no gozaba de la
tranquilidad de estar en contacto con su interior para ver la naturaleza y
ahora se sentía en paz consigo mismo, normalmente los fines de semana se
aburria mucho. La zona donde estaba su departamento siempre había ruido durante
el día, a veces creía que la renta se consideraba excesiva para las molestias
de vivir ahí y no se comparaba a lo experimentado con Bruce.
Mike: Sabes Bruce este lugar
me recuerda a nuestra universidad, especialmente el campo de futbol en frente
de los dormitorios de la facultad y su aire fresco en el verano.
Bruce: Tiene algunas
similitudes con el lugar, sabes que me gustaría verlo de nuevo.
Mike: Ha pasado tanto tiempo
desde la última vez, tú crees que nuestro cuarto siga igual.
Bruce: Es una universidad pública
y apuesto que continua sin cambios, 8 años es muy poco.
Mike: Tienes razón el gobierno
presta muy poca atención a las escuelas.
Bruce: Te apuesto que todavía
podemos ver los lugares donde paseábamos o solíamos divertimos de vez en
cuando, hay demasiados recuerdos que se vienen a mi mente.
Mike: Debemos volver alguna
vez…
Bruce: Si. Te gustaría comprar
un helado
Mike: El clima es perfecto
para comer uno, voy con Miguel para irnos por él.
Habían transcurrido alrededor
de dos horas en su estancia en el parque, Mike se la estaba pasando en grande
viendo a las personas en completa calma y tomando la sombra bajo los numerosos árboles
que se extendían en la zona, un paraíso en medio de la agitada ciudad. Miguel
tomo de la mano a su papa para ir por su helado, Mike tomo la otra mano para
irse juntos ante las miradas de algunas personas y Mike se dio cuenta que los
tiempos eran distintos, a sus 30 años podía darse cuenta de cuanto la sociedad
dejaba un poco de los prejuicios. En la esquina contraria del parque estaba una
heladería famosa, tanto por los lugareños de las cercanías que acudían a
disfrutar de sus helados de sabores y vivir la experiencia.
Bruce tenía tiempo viendo
publicaciones de este establecimiento en las redes, incluso conocía por compañeros
del trabajo del buen servicio de los empleados y la excelente calidad de los
productos que ofrecían a las personas, además de algunas promociones durante el
fin de semana para los nuevos clientes que compraban por primera vez. Mike fue
el primero en acercarse al mostrador para mirar la lista de sabores, le
gustaban muy poco el dulce en su dieta por eso mantenía en forma y ahora quería
hacer una excepción en su menú.
Mike: ¡Buenas tardes! Me
gustaría comprar unos helados.
Vendedor: ¡Buenas tardes
señor! Le gustaría algún sabor en especial, sino puedo mencionarle los sabores
disponibles y nuestra promoción del 2X1.
Mike: Bien. Quiero escuchar los
sabores que tiene para elegir…
Vendedor: Tenemos café, galleta,
vainilla, chocolate, cajeta, mamey, vainilla c/uva, pingüino, napolitano, zarzamora,
capuchino, nuez, vainilla francesa, cereza, nuez c/chocolate, chicle, nuez
c/fresa, 3 chocolates, choco almendra, pie de limón, nuez pecana, pistache, amaretto,
choco menta, piñón, arándano, chocolate, queso, gansito, etc.
Bruce: Son mas sabores de los
que he visto en mi vida
Miguel: Puedo pedir uno de
cada uno para llevar o comerlos aquí.
Mike: Es mucho dulce para un
día, si acaso puedes elegir dos sabores.
Bruce: Si comes mucho azúcar
tendré que llevarte con el doctor para revisarte los dientes.
Miguel: No me gusta el olor a
medicina y en especial los doctores, las agujas me dan miedo.
Mike: Yo quiero mi helado de
pistache con limón.
Bruce: El mío de zarzamora con
nuez.
Vendedor: ¿Y tú pequeño de que
sabor lo quieres?
Miguel: No soy pequeño me
llamo Miguel y quiero chocolate con fresa.
Vendedor: Pueden sentarse en
una mesa y enseguida se los llevo.
El vendedor procedió a
preparar cada uno de los pedidos de los clientes, coloco dos bolas de helado en
un tazón con galletas y chispas para decorar, además de una cuchara. Luego los
puso en una charola para llevarlos a la mesa, ubico uno a uno en frente de
ellos para decirles que estaba a sus órdenes y volver a su puesto detrás del
mostrador.
Vendedor: Muy bien caballeros
aquí están sus helados, siéntanse libres de llamarme si necesitan algo más.
Estoy para servirles
Bruce: ¡Es muy amable su parte
y gracias! Por ahora es todo.
Mientras los hombres
disfrutaban del helado cuchara a cuchara, el vendedor seguía recibiendo a las
personas que acudían al establecimiento o simplemente pasaban a preguntar por
sus productos en la puerta, Miguel disfrutaba cada probada que daba a su helado.
Miguel: Ha sido un día
maravilloso en el parque y lo mejor es el helado.
Bruce: Yo siempre cumplo mis
promesas contigo.
Miguel: Puede ser verdad, pero
tardaste tanto que pensaba nunca lo cumplirías.
Mike: Es normal por las
obligaciones de tu padre en la empresa.
Bruce: Él sabe perfectamente
como está la situación en la empresa.
Miguel: Gracias papa por el
paseo y a ti Mike por el helado.
El resto de la tarde marco la
separación de Bruce con Mike, pues este último regreso a su casa para
prepararse para el día de mañana y agradeció a su viejo amigo por todo lo
vivido, regresando con una sonrisa en la cara por la experiencia de su
convivencia.
*******
En otra parte de la ciudad una
misteriosa mujer hacia su aparición en su casa, había estado tres años fuera
estudiando su carrera en el extranjero y finalmente podía volver a pisar la
tierra que la vio crecer por tanto tiempo, ahora estaba dispuesta a recuperar
el tiempo con su hijo. Desde su separación en esa fría noche de tormenta en el
pasado, seguía contando los días para reunirse finalmente con él y quería ver
si realmente tomo la decisión correcta. Además, debería de hablar sobre la
situación con el padre del niño y solucionar todo. Sin embargo, no tenía claro cómo
proceder para que confiaran en ella, podía ser considerada una extraña a los
ojos del padre adoptivo de su hijo y necesitaba actuar con calma.
Continuara…
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